Este viernes 24/1 se cumple un año de la muerte de Eduardo Candreva, creador de Radio Futura.
En una emisión especial, durante toda la jornada lo recordamos con testimonios, lecturas y música.
Compartimos nuevamente las notas publicadas en la revista La Pulseada de marzo de 2013: Un abridor de caminos
A continuación, dos textos de compañeros de la radio:
Soñador del presente, comunicador del futuro
Nacía la democracia, y aquellos murmullos otrora prohibidos y castigados se hacían grito, se multiplicaban, y vaya la paradoja, valiéndose de rezagos comunicacionales militares alcanzaban el éter.
Eran los comienzos de las FM.
El 10 de octubre de 1987 desde los 90.5 megaherzios platenses se escuchó por primera vez en el aire eso de “música y palabras en nuestro idioma”.
Declaración de principios, marca genética y desafío ante el paradigma comunicacional por entonces vigente, que el neoliberalismo más tarde se encargaría de profundizar.
Pese a ello nada y nadie pudo evitar que aquel slogan se mantuviera turgente y digno, superando avatares económicos, presiones políticas, recesiones, seductoras propuestas comerciales, amenazas y traiciones, para atravesar los últimos 25 años de nuestra historia como un faro referencial de la comunicación popular.
Radio Futura. Hija de lo mejor de nuestra democracia y con un padre responsable de su perfil: Eduardo Néstor Candreva.
El Negro, o el gordo Eduardo, aquel chiquilín engominado que por las tardes de su infancia setentista veía atajar a su hermano Ricardo en los picados, sentadito en la vereda de su casa en la que la familia fabricaba jugos comerciales frente al baldío de 6 y 75, un día de los 80 terminó la carrera de periodismo.
Y ahí anduvo, rebotando por los medios gráficos locales, produciendo para Radio Provincia y algo más… hasta que un día, junto a otro par de locos como Gustavo Pescetta y algunos cuya conducta la historia se encarga de olvidar, plantó un micrófono que germinaría en varias camadas de comunicadores populares.
En los principios desde una cabina de la cual se transmitía de parado, sin lugar para sillas y con un reporter que oportunamente brindaba música nacional o latinoamericana desde su cassette.
Luego de un estudio para cuatro, que la “Banda Descontrolada” que a principios de los 90 defendía al Astillero Río Santiago del desguace y privatización, solía colmar con 8 o más refugiándose en el cobijo mediático que pocos les otorgaban.
Desde allí, las Madres hicieron sus primeras experiencias radiofónicas, lo mismo que la CTA, que en pleno menemismo y posterior crisis de la Alianza tuvo una ventana para alzar su voz y que hasta hoy aprovecha.
Todos, con la estricta excepción de quienes adquirieron deudas de sangre o traiciones para con su Pueblo, tuvieron y tienen en Futura su canal de expresión. Llegando a los límites de un crítico de arte popular, quien promovido por el Negro explicaba obras pictóricas en radio.
Ni que hablar de las expresiones musicales.
Convenios con Melopea, el sello de Nebbia, cuando la moda indicaba apostar a Sony, WB u otra multinacional. Espacio para cualquier propuesta musical alternativa. La elección que Los redondos hicieron cuando optaron por Futura para mostrar sus estrenos da cuenta de ello.
Durante los últimos años Eduardo, junto a Héctor Clérice, venía haciendo las tardes de “Memoria adentro”.
Benedetti, Blas de Otero, Zitarrosa, Atahualpa y la Negra solían entrecruzarse cada siesta, bordados por la hebra periodística del Negro.
Él, el Negro, cumplía años el mismo día que la Negra y que la Patria, y eso le gustaba.
Ahora que se fue a vivir junto a ella y los otros a la Tierra de los Grandes Recuerdos, nos queda a quienes quedamos de este lado redoblar los esfuerzos para alcanzar una ley de medios plenamente vigente, una difusión musical que preferencie el talento de nuestros artistas latinoamericanos por sobre la imposición comercial, una comunicación concebida como derecho humano antes que como mercancía, y el compromiso de conquistar lo que el Negro soñó como Futura para hacerlo Presente.
Gustavo Zurbano, 24-01-2013.
Gracias por hacernos mejores personas
Falta un rato para que retome el aire Memoria Adentro, tierra que anda. El programa histórico de Radio Futura. Y de vos, Eduardo. El tuyo, donde eras libre de jugar y decir, y fantasear, y criticar.
Y saludar, y embellecer.
Lugar, espacio, cielo. Tierra tuya donde dibujabas un rato.
La mezcla de extrañeza y tristeza de la situación, me genera una incertidumbre estresante. Todavía no estoy en esa de poder definir bien qué siento. Todavía no llego a lo mínimo necesario: entender la falta de un compañero tan grande, cercano y (si me permiten) necesario. Quizás no quiero, o no puedo. La cosa es que los días van, y hay que levantar y levantarse. Seguir, buscarle la vuelta a todo.
Pasaban las 2 de la tarde, y mientras entraba a la radio, una voz subía el tono y decía “Mira, acá estamos con las Madres de Plaza de Mayo y con los pibes de las villas”, no sé qué mas decirte. Era Eduardo, un poco enfadado, punzante. Se dirigía a un señor que lo miraba con ojos grandes. Que finalmente se retiraba, molesto. Incómodo, desconcertado.
-¿Qué pasó Edu?
-Era de los sin gorra, exonerados de la policía, quería un programa, ¿cómo va a venir acá?, ¿está loco? No sabía cómo decirle que se vaya.
Así de tímido como era, sabía cuándo marcar la diferencia, cuándo dar editorial, cuándo dar el disparo, cuándo marcar frontera.
“Adentro discutimos todo y nos peleamos, pero nuestro rol es ser abanico de experiencias, explicar un poco qué anda diciendo cada uno, cómo se paran frente a los hechos, señalar los enemigos reales”. Definía Eduardo, y daba cátedra sin cátedra, sin honores, sin pompas, sin bronce, sin esa soberbia que, vamos, se había ganado. Eso de los 25 años, de ser la primera, de bancar la parada en los peores momentos. Eso… pero no. La vanidad pasó por delante y él escapó. Dejó pasar los trenes que conducen a sueldos que huelen mal.
Eduardo fue misterioso, silencioso, introvertido, y generoso. Hasta el último día. Generoso. Aunque, hubiera rechazado ese título también.
Ahora, yo, ¿cómo te escribo el saludo final?, ¿cómo se dibujan las palabras necesarias para este momento inconveniente? Siempre, claro: la muerte es la inconveniente.
“Esta cosa de la necrología no nos gusta mucho, siempre estarán presentes todos”, decía Edu en la fiesta de los 25 años. Esa fiesta que fue de la radio, un poquito de todos. Y Tu festejo, el que querías.
Hace mucho tiempo había hecho una lista que decía: sé que voy a llorar cuando se vayan estos. Estaban Osvaldo Bayer, Eduardo Galeano, Spinetta y Hebe.
Y se fue el Flaco, y después te fuiste vos, y ahí noté que debías estar escrito. Pero no supe hasta que la falta se hizo presente. A veces, no hay otra forma. Te lloré, y me desperté al rato, y me angustié tanto y nací, y levanté a otros y me levantaron. En toda mi vida no dejé un minuto de aprender que a la muerte hay que sacarle chispas. Hay que hacerla rebotar tanto que sacuda a todo el mundo. Le agradezco mucho a tu amigo Zurbano por eso. Hacerme entender que a la muerte del otro, hay que pelearle toda la vida. Y si mueren 2, habrá que pelear doblemente.
Me cuentan tanto de vos, me preguntan tanto. ¿Viste Eduardo?, a mí ahora me preguntan por vos, qué falta de respeto.
Yo te preguntaba por Javier Prol, y te pasabas el rato hablándome del amigo periodista ecologista militante que tan bien les había hecho. A la radio, a las personas, a vos. ¿Y ahora?, ahora tengo que pensarte Eduardo. No sé cómo hacerlo sin ponerme a hacer muecas y recordar tu voz. Quisiera que estés acá, un toque. Yo qué sé.
Te fuiste antes che, antes de que hagas ese programa de humor con el que tanto amenazabas, te fuiste antes de que nos den la licencia, te fuiste antes de pelearnos una docena de veces más, te fuiste antes de contarte que hay gente nueva que se suma. Te fuiste antes Gordo, antes que todos te homenajeen como te merecías.
Fuiste persona, en el tiempo necesario. Fuiste, porque el tiempo te puso ahí, y supiste ver lo que venía. La hiciste, y me paro y te saludo de nuevo.
Me vino como un rayo, otra imagen:
- Che Juan, voy a poner el separador ese que tanto te gusta.
"Algo se está gestando
lo siento al respirar
es como una voz nueva
que en mí comienza hablar".
Ahí vamos amigo, a hacerte hablar.
Gracias por hacernos mejores personas. Te abrazo para siempre.
Juan Salvador, abril de 2013.
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