martes, 5 de agosto de 2014

Argentina profundiza relaciones con China y Rusia

En el marco de un gran debate por el impacto de los resultados de la negociación con los fondos buitres en la economía nacional y su inserción en el mundo, Argentina estrecha sus lazos comerciales y políticos con China y Rusia. Sergio Cesarín, investigador del CONICET, sostiene que la visita de los mandatarios de esos países son  “hechos de gran significancia, en un momento en que Argentina necesita cierta visibilidad internacional desde la confianza”.




Sergio Cesarín, investigador del CONICET y director del Centro de Estudios Asia del Pacífico e India (UNTREF). En conversación con Radio Futura resaltó que atravesamos “un momento políticamente muy fuerte”. Explicó que en poco tiempo se dieron tres hechos de gran relevancia en materia de relaciones exteriores y cooperación internacional: la visita del presidente ruso, Vladimir Putin y la del mandatario chino, Xi Jinping y, asimismo, la participación de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la cumbre UNASUR-BRICS (Brasil-Rusia-India-China-Sudáfrica) en Fortaleza, Brasil. “Son hechos de gran significancia en un momento en que Argentina necesita cierto oxígeno internacional”, aseguró Cesarín, en referencia al fallo adverso de la Corte norteamericana sobre la negociación con los fondos buitres, sus consecuencias sobre la reestructuración de la deuda externa argentina con el resto de los acreedores y la participación del país en el mercado financiero global.

El mundo se inclina levemente hacia los países emergentes, con China y Rusia disputando incipientemente la supremacía estadounidense. Y Argentina se inclinar hacia esas nuevas relaciones. En la última visita del presidente Xi Jinping a Argentina, el 18 de julio, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó que las relaciones de china eran “política de Estado”, de un Estado que “asume que hay un nuevo marco de las relaciones internacionales afortunadamente, y la aparición de nuevos actores es provechoso para todos”.

En julio el presidente chino, Xi Jinping, llegó a Argentina acompañado, por primera vez, por una comitiva de 160 empresarios de primer nivel. Además, la relación se redifinió y los países pasaron de ser “socios estratégicos” a estratégicos integrales, lo que conlleva mayor cooperación mutua.

-¿Entendés que la presencia de China en Argentina es a cambio de recursos naturales?
-Linealmente es así. Hay un gran sentido de apoyo y financiamiento y aporte crediticio a cambio de lo que les importa de nosotros, que son materias primas y recursos naturales.  China provee tecnología, probablemente prooverán gran parte de la mano de obra para construir las represas en el sur y financiamiento para la compra de materia rodante (trenes y vagones). Y la contraprestación es energía, que ya están las empresas China operando en el sur, y agroalimentos, que es lo que más les interesa. La inversión en la red ferroviario del Belgrano Cargos interesa no por los trenes y vías en sí mismos, sino por las conexiones hacia afuera, hacia Chile, hacia el sur de Bolivia.  La apuesta no es mirar el potencial industrial de la Argentina a futuro, sino muy programáticamente el aporte que países como el nuestro pueden hacer a satisfacer la seguridad energética y agroalimentaria de China.

Por su parte, el 12 de julio, Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, visitó Argentina en el marco de una gira por América latina, previa a la cumbre de potencias emergentes, BRICS. Además del financiamiento y del interés ruso en profundizar la cooperación nuclear –con los ojos puestos en el proyecto de la  cuarta central nuclear argentina, Atucha III- ,la visita y los acuerdos son, de acuerdo a Cesarín, “gestos que devuelven actitudes que hemos tenido  y señales de confianza”. El investigador agregó que, “más allá de los problemas que haya con determinados actores en el mundo, estos países confían en Argentina y en que tiene un gran potencial.

“Hay que pensar la presencia de Putin en Argentina enmarcándola en una situación global donde Rusia busca pasar a otro plano de discusión política global, cultural y comunicacional”, señaló.  De esta manera, puso en contexto la incorporación de la señal rusa RT a la grilla de la Televisión Digital Abierta (TDA): “Creo que la tapa de los grandes hechos bélicos, las grandes revoluciones, de alguna manera, se terminó. La gran revolución es la revolución informática, la internet, la creación o destrucción de simbología en la red. Y esa lucha se da en los medios de comunicación”.

Cesarín concluyó así que “países como Rusia y China buscan proyectar sus modelos y valores culturales”, entonces, “no es extraño que busquen, informar y generar una línea de imagen de los conflictos internos que llegue directamente y no atraviese el tamiz de agencias de noticias norteamericanas o europeas”.

-¿Lo de Rusia va más de una necesidad de diálogo político con América latina que sólo con acuerdos económicos, como el caso de China?
-Diría que lo económica hasta podría ser subsidiario, si privilegiamos lo político sobre lo económico. China, Rusia, India y otras potencias menores, están trabajando más activamente que en décadas anteriores en la región. El esfuerzo de acercamiento político es una data muy concreta de los últimos 15 años, tanto desde China como de Rusia. Los acuerdos económicos profundizan las relaciones con empresarios, entre actores sociales, hay mayor intercambio cultural, se van tejiendo redes de intereses que suman más esfuerzos políticos.

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