En diálogo con Comunidad al Palo!, Christian Torno, integrante del colectivo que lleva adelante la iniciativa, explicó que el espacio de la biblioteca empezó a quedarles chico debido a la cantidad de talleres que se desarrollan en el lugar. Otro de los motivos es que la biblioteca fue construida en una zona inundable y cada vez que llueve el espacio se deteriora por la humedad, situación que se agravó a partir de las inundaciones de abril del año pasado.
"Con los vecinos definimos la necesidad de meternos en un proyecto para ampliar la biblioteca y a su vez de pensarla como un espacio más abierto a la comunidad” explicó Torno, y agregó que “la idea es poder trasladarla al centro del barrio". En El Hormiguero funcionan talleres de literatura, de arte y de apoyo escolar, el espacio "La Ranchada", de expresión y discusión para los jóvenes del barrio, y la murga "Los Garabatos de La Aceitera".
El integrante de Garabatos agregó que para el fortalecimiento de la campaña también se están realizando actividades de autogestión como rifas y ventas de comida a cargo de la cooperativa "Desde Abajo", conformada por mujeres del barrio. "La campaña ha tenido bastante éxito, se ha acercado mucha gente por Facebook a donar ladrillos y hemos creado una especie de circuito para pasar a buscarlos", comentó. El proyecto, que también prevé la instalación de una radio comunitaria en la biblioteca, estará en la plataforma Idea.me hasta mediados de septiembre.
El Hormiguero y su cercanía al barrio
La Biblioteca Popular El Hormiguero es el fruto de 10 años de trabajo del Colectivo Garabatos (FPDS CN) en conjunto a los vecinos del barrio La Aceitera en Arana, y funciona como tal de lunes a viernes de 17:00 a 18:30 horas. Nació de un proceso de toma de tierras con vecinas y vecinos del lugar, ante la necesidad de tener un espacio colectivo. "Arana es fruto de grandes tomas de tierras y asentamientos que se han dado desde los primeros años de vuelta de la democracia hasta la actualidad (...). Al ser una zona alejada de La Plata, ha sido bastante olvidada", comentó Christian Torno.
Los últimos asentamientos se conformaron hace tres años atrás, cuando alrededor de 30 familias se asentaron en tierras que se encontraban abandonadas. Actualmente son cerca 400 las familias que viven allí, y la mayoría de ellas tiene como medio de subsistencia el trabajo en quintas.
El abandono por parte del estado municipal hacia el barrio durante muchos años hizo que cuestiones como el acceso al agua potable sigan siendo un problema y también un motivo de lucha, sobre todo desde el 2004. “Las obras fueron inauguradas tres veces: pasó por Alak, Bruera, el hermano de Bruera y a partir de algunas movidas que hicimos el año pasado y este, pareciera en un principio que se volvió a activar, pero es el día de hoy que tampoco sigue habiendo agua potable”, confirmó Torno.
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