jueves, 23 de abril de 2015

Los intereses de las potencias para no reconocer el genocidio armenio


El exterminio armenio es reconocido por pocos países y varias potencias mundiales evitan su pronunciamiento. Florencia Zanikian, dirigente de la Unión Juventud Armenia de Sudamérica, señaló que detrás de esta práctica se encuentran intereses económicos y geopolíticos. Además, reflexionó sobre el centenario del crimen de Turquía sobre el pueblo armenio.




Florencia Zanikian indicó que “a las potencias mundiales reconocer este genocidio sólo le traería perjuicios porque perderían la relación económica con Turquía, y también un punto estrátegico que tiene este país  entre Europa y Asía”. De esta manera, es que indica la referente que los intereses económicos y políticos priman por sobre reparar el exterminio del pueblo Armenio en 1915, cuando 1.500.000 fueron asesinadas por el Imperio otomano. También, es esta realidad la que remarca la vigencia del crimen que, 100 años después, sólo es reconocido por una veintena de países.

Quienes hoy luchan para que el crimen sea reconocido y reparado, insisten en el hecho de que el negacionismo posibilita la impunidad y, a partir de eso, que estos crímenes puedan seguir sucediendo. En este punto, Zanikian remarcó el caso de que el genocidio argentino sea juzgado y condenado, afirmando que “esto permite que la sociedad tome conciencia y no se vuelva a repetir”.

La referente de la Unión hace hincapié en este sentido, en que el exterminio armenio, “no es una causa de los armenios nada más, como el holocausto no es sólo de los judíos y el genocidio argentino no les compete sólo a los argentino”. Afirma así que estos crímenes son contra la humanidad, y por eso llamó “a luchar por esta causa como si fuera propia”.

Zanikian indicó que sólo Argentina, Francia y Uruguay reconocen por ley, y como Estado, el genocidio armenio.  “Otros países sacaron declaraciones, y nos parece bien que se generen estas situaciones de concientización de los países, pero nos parece mejor que sea una decisión de Estado, que sea decir basta, y que sea como argentina en el 2006, cuando se hizo con la firma del Senado y Diputados, y la posterior promulgación presidencial”, afirmó. Para la referente, “sería bueno que todos los países del mundo lo hagan y sería una forma de decirle a Turquía que hay que reparar un crimen de genocidio, y que eso es importante que se haga  para que no vuelva a ocurrir”.

La declaración de Argentina

En el caso de Argentina, el juez federal Carlos Rozanski fue quien reconoció como integrante del poder judicial el genocidio armenio. Fue en la condena al represor Miguel Etchecolatz, que dijo en referencia a las desapariciones forzadas durante la última dictadura militar que “no estamos, como se anticipara, ante una mera sucesión de delitos sino ante algo significativamente mayor que corresponde denominar ‘genocidio’. Pero cabe aclarar que ello no puede ni debe interpretarse como un menosprecio de las diferencias importantes entre lo sucedido en Argentina y los exterminios que tuvieron como víctimas (más de un millón) al pueblo armenio”.

La referente indicó que “lo que se entendía en la causa argentina, y por eso se compara con el genocidio armenio, es que el plan sistemático tenía que ver con hacer desaparecer a un grupo específico, con condiciones especificas y con que ese grupo no se vuelva a procrear”. Por eso sostuvo que “ese fallo es magistral y debería aplicarse a todos los jueces que trabajan en este tipo de casos”.

La  Unión Juventud Armenia

La UJS es una organización a nivel mundial con filiales en distintos países del mundo. Pertenece al partido político armenio Federación Revolucionaria Armenia con tendencia socialista. Zanikian explicó que “lo que nos ocupa es la militancia por la causa armenia, por el reconocimiento y la reparación del genocidio, pero también con la búsqueda de justicia social en la República de Armenia, que hoy es una país muy pequeño y que vive todavía las consecuencias del genocidio porque tiene problemas económicos y sociales”.

Agrega también que resulta central para ellos el trabajo en el territorio y es por eso que desde sus sedes en argentina,  ubicadas en Córdoba y Buenos Aires, coordinan actividades con organizaciones sociales y políticas. En Sudamérica, La organización también tiene colectivos de trabajo en Montevideo y San Pablo, y todos se encuentran profundamente movilizados estas semanas, para conmemorar el centenario y pedir justicia.

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