La propuesta cosechó numerosas críticas de los organismos de derechos humanos y de las organizaciones sociales. Entre las organizaciones que se oponen a dicho proyecto se encuentra el CIAJ, siendo la criminalización de la protesta uno de sus ejes de trabajo. Para Esteban Rodríguez esta iniciativa “niega la historia del peronismo y uno de los pilares fundamentales del kirchnerismo que era no reprimir la protesta social” y agregó que, en caso de avanzar, sería “el certificado de defunción del kirchnerismo”.
El proyecto prevé que el principal mediador frente a cortes de calle sean funcionarios civiles del Ministerio de Seguridad, cuyo objetivo será desarticular la medida de fuerza y tomar nota de sus reclamos para llevarla a las autoridades correspondientes. En este sentido Rodríguez afirmó que el Ministerio de Trabajo solía responder a los manifestantes “sin embargo, ahora el de Seguridad está desplazando a los otros” aseguró refiriéndose al Ministerio de Trabajo y de Desarrollo Social.
La iniciativa concretaría lo manifestado por la presidenta Cristina Kirchner el 1º de marzo en las sesiones ordinarias del Congreso, cuando aseguró que “todo el mundo tiene derecho a protestar, pero no cortando las calles, impidiendo que la gente vaya a trabajar” y llamó a los legisladores a regular la protesta social. “Me parece que este proyecto de ley da cuenta del alcahueterismo de algunos diputados del kirchnerismo”, criticó duramente Rodríguez y agregó que “una vez más están legislando para la tribuna, es demagogia punitiva”.
Para el CIAJ la protesta es la forma de expresión de los sectores populares, “cuando uno está protestando no solo está peticionando a las autoridades, como afirma el proyecto, está compartiendo con el resto sus problemas […] Si yo estoy desocupado, también es el problema de quien está ocupado porque tiene que ver con cómo queremos vivir como sociedad”. Rodríguez mostró preocupación en relación a que el proyecto se refiera a la protesta como una ‘petición a las autoridades’, considerándolo propio del republicanismo al que se opone el kirchnerismo. “Lo que hemos aprendido los últimos 20 años de la Argentina es que no se puede pensar la democracia solo con las autoridades, sino con todos.”
En relación a la regulación de la protesta, ha girado una premisa que desestima los cortes si los manifestantes son pocos. Así se refirió la Presidenta en el discurso del inicio de las sesiones ordinarias: "no puede ser que 10 personas corten una calle y no pase nada". Según Rodríguez es el mismo “autoritarismo propio de los republicanos que entienden que si es una protesta de cinco gatos locos, es ilegítima. Por eso es que protestan, porque son una minoría en riesgo y necesitan protección”.
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