Estos datos se desprenden de los informes elaborados por el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN). Rodrigo Codino, integrante del instituto, explicó a Radio Futura que la ciudad de La Plata forma parte del departamento judicial homónimo, y que incluye a 14 partidos. En la suma de los homicidios sucedidos en el departamento, se contabilizaron 48 casos en 2012, aunque en algunos, como Coronel Brandsen y San Miguel del Monte entre otros, no se registró ninguno.

El abogado y especialista en criminología señaló que el trabajo del instituto se basa en la elaboración de informes cuantitativos, por lo que resta realizar estudios cualitativos, “para ver que tipo de impacto puede tener el alcohol o el consumo de alguna sustancia en los homicidios violentos por ejemplo”. En este sentido remarcó un convenio desarrollado entre la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires con las universidades públicas del conurbano, “para hacer encuestas en el barrio y ver por qué hay conflictos se resuelven de manera violenta, salidas de los boliches, de fiestas, de cumpleaños.” Codino concluyó que “hay ciertas situaciones en las que se pueden prevenir los crímenes”.
Las “discusiones y riñas” como causa principal
El informe de la CSJN discrimina los homicidios de acuerdo a su móvil o causa. De acuerdo a esta clasificación asoma la revelación de que casi la mitad son consecuencia de discusiones, peleas o supuestos “ajustes de cuenta”. La predominancia de este causal se repite en los distintos lugares donde la CSJN ha recopilado información, con leves variaciones en los porcentajes.

En la ciudad de La Plata, cinco de los homicidios que se sucedieron entre 2011 y 2012 , fueron caratulados por la corte como situaciones de robo. A esto se suman seis casos de legítima defensa, donde las víctimas fueron los ladrones. Esto indicaría que 11 de los 67 homicidios se produjeron por situaciones de robo, en seis de los cuales las víctimas fueron los ladrones y otros cinco los asaltados.
Ante este contraste entre el causal de homicidios y el reflejo que tienen en los medios, Codino señala que “lo que surge cuando uno lee los medios masivos de comunicación es que como bien dice Zaffaroni, hay víctimas de primera y segunda clase, parece que relevan las de primera clase, un homicidio, ocurrido en situación de robo, en el centro de alguna ciudad”. Contrasta esta situación agregando que no se ve reflejado mediáticamente la superioridad de homicidios por discusiones o riñas, frente a las sucedidas en situación de robo.
Tasa de homicidios en La Plata y el mundo
El índice utilizado para saber si una ciudad, región o país tiene una alta o baja tasa de homicidios, es la cantidad de casos que se producen cada 100.000 habitantes. En este sentido, Japón cuenta con una tasa nacional de 0,4; España de 0,8; Francia de 1,1; y E.E.U.U de 4,7. En el otro extremo se encuentra Honduras con una tasa de 93, El Salvador de 70, y México de 23,7. Este último país cuenta con estados cuya tasa supera las 60 víctimas cada cien mil personas.
En Argentina la ausencia de datos oficiales llevó a la Corte Suprema a realizar los informes de homicidios dolosos en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el conurbano bonaerense y el departamento judicial de La Plata. Su último informe realizado por el área del Instituto de Investigaciones da cuenta de que en 2012 se produjeron en total 995 homicidios, de los cuales 789 se produjeron en el conurbano, 158 en CABA. Esto arroja una tasa por 100.000 habitantes de 6,93 en total, mientras que de 5,46 para Ciudad y 7,66 para el conurbano. El informe indica que en 2011 se produjeron 40 homicidios dolosos en la ciudad de La Plata, mientras que en el 2012 se produjeron 27. Estos números arrojan una tasa de 4,12 en 2012, y de 6,11 en 2011.
En la presentación del informe el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni realiza una reflexión acerca de los números arrojados por los informes: “el resultado de esta investigación no es para alegrarse ni para entristecerse, sino para establecer la realidad de la violencia homicida en vistas a su control y disminución”. En este sentido continúa señalando que “tampoco responde a la ingenuidad – o mala intención –que pregunta si la violencia es una realidad o una sensación. Hay una realidad de la violencia, acerca de la cual esta investigación dice lo verificable”.
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